Notas Programa 4.- El piano romántico
Los Conciertos del Museo para las Familias
Música de cámara antigua, barroca, clásica y contemporánea en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife
Organiza: Coordina:
ATADEM y OAC del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz Conrado Álvarez Fariña
Programa IV
Domingo, 4 de diciembre de 2011, a las 12:00 horas
El piano romántico
Javier Laso, piano
Obras de R. Schumann, F. Chopin y F. Liszt
El protagonismo del piano en la música de cámara se incrementó exponencialmente durante el Romanticismo. Efectivamente el piano, muy utilizado en las últimas décadas del siglo XVIII, se convirtió en el instrumento romántico por excelencia. En él se combinan increíbles efectos, desde los masivos acordes orquestales hasta las más bellas y casi vocalmente sostenidas melodías, para satisfacer alternativamente el anhelo romántico por el drama, la grandilocuencia y la intimidad. La producción de pianos se incrementó enormemente. El manufacturero parisino Sebastién Érard, por ejemplo, pasó de producir unos ciento sesenta pianos al año a principios del siglo XIX, hasta la fabricación de más de mil quinientos en la mitad de la centuria. El incremento de la producción llevó aparejado el más fácil acceso a la posesión del instrumento y así los pianos se convirtieron en un elemento esencial entre los bienes de cualquier hogar de clase media.
De este modo era común en las familias decimonónicas que hubiera algún miembro, seguramente femenino, que tuviera las habilidades necesarias para interpretar no sólo obras menores sino también las de los grandes maestros. El siglo XIX consagró definitivamente el concierto público en el que el piano solo completaba el recital sin tener que estar apoyado por la orquesta para interpretar un concierto o por otros instrumentos y voces en el caso de la música de cámara. El público del siglo XIX adoraba el espectáculo en que el solista, normalmente un pianista o un violinista, ejecutaba proezas extraordinarias en la ejecución instrumental.
En este recital tendremos ocasión de experimentar el placer de explorar esas dos vertientes pianísticas. Por un lado escucharemos en las Bunte Bläter op. 99 (Hojas multicolores) de Robert Schumann el sonido de aquel piano del salón burgués decimonónico. Aquí Javier Lasso sondeará los recursos sonoros del piano desde los más íntimos hasta los más arrebatadamente apasionados. Y lo hará mostrándonos las sencillas y fluidas melodías schumanianas que unas veces se mecen en un mórbido sustento armónico y otras se insinúan en una tempestad arrebatada de arpegios siempre modulantes entre ritmos vertiginosos. En el extremo opuesto se sitúa el pianismo grandilocuente de Franz Liszt cuando traslada la jota aragonesa, en forma de rapsodia, a los grandes salones que frecuentaba en las capitales europeas. En esos recitales ofrecía una mezcla de espectáculo musical, acrobático y comercial (no hay que olvidar que el gran compositor y pianista húngaro era representante de una importante firma comercial de pianos) en el que se exalta sobre todo la figura del artista y su inspiración creadora. En una posición intermedia encontramos las Baladas de Frédéric Chopin. El compositor franco polaco no utiliza tanto los recursos técnicos deslumbrantes del piano como un fin en sí mismos sino que los subordina a la expresión musical, íntima o apasionada, para conseguir un discurso inspirado en el que los ideales románticos de exaltación patriótica, búsqueda en mundos lejanos en el espacio o en el tiempo, reacción ante en racionalismo neoclásico y emoción poética encuentran un modo perfecto de expresión.
Jesús Arias Villanueva, noviembre de 2011